Resumen
En las próximas décadas, se espera que haya un número significativo de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que sigan esforzándose en el entorno neurotípico. A pesar del reciente aumento de los desarrollos que se apartan del tipo de centro institucional, muchos padres siguen expresando su lucha por encontrar entornos de vida seguros y adecuados para sus hijos e hijas adultas. El problema no es sólo la limitada opción de dónde vivir, la financiación de una vivienda también es otro dilema. Así pues, el reto de proporcionar entornos de vida adecuados coincide con la necesidad de ofrecer oportunidades significativas que les permitan prosperar y funcionar en la sociedad. Este documento explora las directrices de diseño existentes a través de recomendaciones sobre cómo pueden articularse los espacios teniendo en cuenta el valor de las habilidades savant y las habilidades vocacionales productivas para las personas que viven con TEA. Este enfoque optimista espera iluminar a los profesionales del entorno construido a la hora de diseñar espacios en los que puedan coexistir diferentes poblaciones, especialmente aquellas con capacidades variadas. Las necesidades medioambientales de las personas con TEA y las intervenciones espaciales propuestas también extienden sus beneficios al bienestar de los neurotípicos. Además, la participación de la población con TEA en el entorno construido tiende un puente entre la accesibilidad y la experiencia espacial. Por lo tanto, el diseño de barrios neurodivergentes puede emplearse como estrategia para mejorar y potenciar la habitabilidad de las regiones urbanas.